¡Hola!
La semana pasada os presenté a Sauda, uno de los personajes de la novela que estoy escribiendo. Hoy también quiero presentaros a dos de ellos: ¡Álvaro y Helena!
Ambos nacieron casi después de Pandora, y han sido los personajes que he tenido más claros casi desde el principio. No me gustaría separarlos ni en diferentes entradas, así que aquí los tenéis en pack:
Nombres: Helena y Álvaro González
Edad: 16
Procedencia: Sunset
Ocupación: Estudiantes
Un dato curioso sobre ellos: Helena es aficionada a la fotografía. Álvaro adora escribir, especialmente guiones.
Trozo de la novela que los describe:
Se parecían como dos gotas de agua. De hecho, el único rasgo que hacía fácil su distinción a primera vista era el pelo: el de la izquierda tenía el cabello negro y largo recogido en un moño medio deshecho; la chica de la derecha, sin embargo, lo tenía un poco más corto, por encima de los hombros, y el flequillo le tapaba las cejas.
Por lo demás, no había manera de diferenciarlos. Ambos tenían los mismos ojos grandes de color marrón que brillaban al sol, las narices anchas, los labios gruesos y las caras angulares. Eran los dos prácticamente de la misma altura y tenían el mismo tono oscuro de piel. No era difícil adivinar que eran gemelos.
La semana pasada os presenté a Sauda, uno de los personajes de la novela que estoy escribiendo. Hoy también quiero presentaros a dos de ellos: ¡Álvaro y Helena!
Ambos nacieron casi después de Pandora, y han sido los personajes que he tenido más claros casi desde el principio. No me gustaría separarlos ni en diferentes entradas, así que aquí los tenéis en pack:
Nombres: Helena y Álvaro González
Edad: 16
Procedencia: Sunset
Ocupación: Estudiantes
Un dato curioso sobre ellos: Helena es aficionada a la fotografía. Álvaro adora escribir, especialmente guiones.
Trozo de la novela que los describe:
Se parecían como dos gotas de agua. De hecho, el único rasgo que hacía fácil su distinción a primera vista era el pelo: el de la izquierda tenía el cabello negro y largo recogido en un moño medio deshecho; la chica de la derecha, sin embargo, lo tenía un poco más corto, por encima de los hombros, y el flequillo le tapaba las cejas.
Por lo demás, no había manera de diferenciarlos. Ambos tenían los mismos ojos grandes de color marrón que brillaban al sol, las narices anchas, los labios gruesos y las caras angulares. Eran los dos prácticamente de la misma altura y tenían el mismo tono oscuro de piel. No era difícil adivinar que eran gemelos.
Comentarios
Publicar un comentario